Sobre la Nueva Democracia - Capítulo 6
La economía de nueva democracia
La república de este tipo que se establezca en China debe ser de nueva democracia no sólo en su política, sino también en su economía.
Los grandes bancos y las grandes empresas industriales y comerciales deben ser propiedad estatal en esta república.
"Todas las empresas, pertenecientes a chinos o extranjeros, que fueren de carácter monopolista o demasiado grandes para la administración privada, tales como bancos, ferrocarriles y líneas aéreas, serán administradas por el Estado, con el fin de que el capital privado no pueda dominar la vida material del pueblo; éste es el sentido fundamental de la limitación del capital."
Así lo declaró también solemnemente el "Manifiesto del I Congreso Nacional del Kuomintang", que fue un congreso de cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista, y ésa es una política correcta en cuanto a la estructura económica de la república de nueva democracia. En esta república, dirigida por el proletariado, el sector estatal de la economía será de carácter socialista y constituirá la fuerza dirigente en toda la economía nacional; no obstante, la república no confiscará el resto de la propiedad privada capitalista, ni prohibirá el desarrollo de aquella producción capitalista que "no pueda dominarla vida material del pueblo", ya que la economía china está todavía muy atrasada.
La república adoptará ciertas medidas necesarias para confiscarlas tierras de los terratenientes y distribuirlas entre los campesinos que no tienen tierra o tienen poca, haciendo realidad la consigna del Dr. Sun Yat-sen de "La tierra para el que la trabaja", con el fin de abolir las relaciones feudales en el campo y convertir la tierra en propiedad privada de los campesinos. Se permitirá la existencia de la economía de campesino rico. Tal es la política de "igualamiento del derecha a la propiedad de la tierra". La consigna correcta para esta política es "La tierra para el que la trabaja". En general, no se establecerá aún en esta etapa una agricultura socialista; no obstante, contendrán elementos de socialismo las diversas formas de economía cooperativa que se desarrollen sobre la base de "La tierra para el que la trabaja".
La economía china tiene que seguir el camino de la "limitación del capital" y del "igualamiento del derecho a la propiedad de la tierra"; nunca permitiremos que sea "propiedad exclusiva de unos pocos", ni que un puñado de capitalistas y terratenientes "dominen la vida material del pueblo", ni que se establezca una sociedad capitalista al estilo europeo y norteamericano o subsista la vieja sociedad semifeudal. Quien se atreva a tomar un rumbo contrario, no logrará su propósito, sino que fracasará rotundamente.
Tales son las relaciones económicas internas que una China revolucionaria, una China en lucha contra la agresión japonesa, debe y ha de establecer.
Tal es la economía de nueva democracia.
Y la política de nueva democracia es la expresión concentrada de esta economía.