Biblioteca Evita Capitana

El Libro Verde - Capítulo 19

La familia

Para el individuo, la familia es más importante que el Estado. La humanidad reconoce al individuo como ser humano, y el individuo reconoce a la familia, que es su cuna, su origen y su paraguas social. Según la ley de la naturaleza, la raza humana es el individuo y la familia, pero no el Estado. La raza humana no tiene relaciones ni nada que ver con el Estado, que es un sistema político, económico y, a veces, militar artificial.

La familia es como una planta, con ramas, tallos, hojas y flores. Cultivar la naturaleza en granjas y jardines es un proceso artificial que no tiene relevancia para la planta misma. El hecho de que ciertos factores políticos, económicos o militares unan a varias familias en un solo Estado no vincula necesariamente este sistema o su organización con la humanidad.

De manera similar, cualquier situación, posición o procedimiento que resulte en la dispersión, el declive o la pérdida de la familia es inhumano, antinatural y opresivo, análogo a cualquier procedimiento, medida o acción que destruye una planta, sus ramas y marchita sus hojas y flores.

Las sociedades en las que la existencia y unidad de la familia se ven amenazadas por cualquier circunstancia son similares a los campos cuyas plantas sufren desarraigo, sequía, fuego, erosión o muerte. El jardín o campo floreciente es aquel en el que las plantas crecen, florecen y se polinizan naturalmente. Lo mismo ocurre con las sociedades humanas. La sociedad floreciente es aquella en la que el individuo crece naturalmente dentro de la familia y la familia dentro de la sociedad.

El individuo está vinculado a la gran familia de la humanidad, como una hoja lo está a una rama o una rama a un árbol. No tienen valor ni vida si están separados. Lo mismo ocurre con los individuos si se separan de sus familias: el individuo sin familia no tiene valor ni vida social. Si la sociedad humana llega al punto en que el individuo vive sin una familia, se convertiría entonces en una sociedad de vagabundos, sin raíces, como plantas artificiales.

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