Biblioteca Evita Capitana

El Libro Verde - Capítulo 9

¿Cómo puede la sociedad corregir su curso cuando se desvía de las leyes?

Si el instrumento de gobierno es dictatorial, como ocurre en los sistemas políticos del mundo actual, la única manera en que la sociedad expresa su conciencia sobre una desviación de sus leyes es a través de la violencia para corregir el rumbo, es decir, mediante la revolución contra el instrumento de gobierno.

Sin embargo, la violencia y la revolución, aunque reflejan el sentir de la sociedad respecto a la desviación, no constituyen un ejercicio en el que participe toda la sociedad. Más bien, son llevadas a cabo por aquellos que tienen la capacidad y el valor de tomar la iniciativa y proclamar la voluntad del pueblo.

No obstante, este enfoque unilateral es dictatorial, ya que la propia iniciativa revolucionaria abre la posibilidad de que surja un nuevo instrumento de gobierno en representación del pueblo. Esto significa que la estructura de gobierno sigue siendo dictatorial.

Además, la violencia y el cambio por la fuerza son antidemocráticos, incluso cuando ocurren como una reacción contra una condición previamente antidemocrática. La sociedad que gira en torno a este concepto es una sociedad atrasada. Entonces, ¿cuál es la solución?

La solución radica en que el pueblo mismo sea el instrumento de gobierno, cuya autoridad derive de las Conferencias Populares Básicas y del Congreso General del Pueblo; en la eliminación de la administración gubernamental y su reemplazo por los Comités del Pueblo; y, finalmente, en que el Congreso General del Pueblo se convierta en una verdadera asamblea nacional donde se reúnan las Conferencias Populares Básicas y los Comités del Pueblo.

En un sistema así, si se produce una desviación, esta se corrige mediante una revisión democrática total, y no a través del uso de la fuerza. Este proceso no es una opción voluntaria para el cambio social o la solución de los problemas sociales, sino el resultado inevitable de la naturaleza de este sistema democrático.

En un modelo así, no existe un grupo externo al que se pueda responsabilizar por la desviación o contra el cual se pueda dirigir la violencia.

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